No Leí a Pynchon
Ultimamente he estado acostandome temprano. No he tenido mayores problemas para dormir y en muchas ocasiones he preferido leer antes que ver alguna de las muchas series de televisión que tengo copiadas y que nos tienen a casi todos convencidos de que estamos viviendo una nueva edad de oro de el medio. Supongo que he preferido leer por las mismas razones que he disfrutado de buenos momentos televisivos este ultimo tiempo, porque he querido saber de una buena historia que tiene comienzo, un desarollo y un final.
No voy a atormentarlos con mis teorias literarias, solo quiero explicar brevemente el proceso lector en el que me encuentro ahora.
Porque como se habran dado cuenta si ha ojeado un poco este blog, soy mas que amigo de la literatura de genero y no le hago asco al super ventas.
Por lo mismo es que aprovechando una venta de descuento en el supermercado me apersoné de "Los Hijos del Grial" de Peter Berling.
Se trata de una mega saga de cinco libros que relatan el devenir de dos supuestos descendientes del mismo cristo o algo asi, y que vienen a ser la encarnación misma de la estirpe real que habra de unificar al cristianismo con el islamismo. O sea, siglo XI, cataros, caballeros templarios, el papado, los conflictos de las distintas ordenes, etc.
La lectura partió con mucho entusiasmo y velocidad, la historia era re interesante. La sola idea de retomar una saga, me entusiasmaba, tener 2000 paginas ambientadas en la edad media, me llenaba de ese entusiasmo por el genero que no vivia desde hace tiempo. Lamentablemente, el libro se puso lento, multitud de personajes, cierta lentitud en la acción posterior al trapidante inicio, me han hecho irlo dejando, poco a poco.
Yo no he venido a describir "Los Hijos del Grial", sino que a referirme a como a veces la lectra se nos va desinflando. Como el entusiasmo deviene en distanciamiento, y que como muchas veces, ese deseo orginal al cual nos aferramos, deviene en una un poco penosa ficción.
Yo queria leer a Pynchon porque pensé que era lo que necesitaba leer, pero lo postergue para tener un libro de bolsillo que leer en el metro y no un mastodonte de 800 paginas tamaño Imbolsible. Y lo postergué porque aspiraba a continuar con mi romance con la literatura de genero, contra el gafapastismo imbecil, contra la pretensión redentora de la literatura moderna, y asi me fué.
Obviamente que a nadie le interesa, menos a tu Julian, que tal vez alguna vez te encuentres con este libro cuando heredes el castillo Perno y su fantastica bilioteca. Me imagino que lo ojearas con curiosidad y te atreveras a atacarlo como una especie de deuda familiar. Quien sabe. Tal vez se lo preste a un amigo y ya nunca mas se sepa de el.
No voy a atormentarlos con mis teorias literarias, solo quiero explicar brevemente el proceso lector en el que me encuentro ahora.
Porque como se habran dado cuenta si ha ojeado un poco este blog, soy mas que amigo de la literatura de genero y no le hago asco al super ventas.
Por lo mismo es que aprovechando una venta de descuento en el supermercado me apersoné de "Los Hijos del Grial" de Peter Berling.
Se trata de una mega saga de cinco libros que relatan el devenir de dos supuestos descendientes del mismo cristo o algo asi, y que vienen a ser la encarnación misma de la estirpe real que habra de unificar al cristianismo con el islamismo. O sea, siglo XI, cataros, caballeros templarios, el papado, los conflictos de las distintas ordenes, etc.
La lectura partió con mucho entusiasmo y velocidad, la historia era re interesante. La sola idea de retomar una saga, me entusiasmaba, tener 2000 paginas ambientadas en la edad media, me llenaba de ese entusiasmo por el genero que no vivia desde hace tiempo. Lamentablemente, el libro se puso lento, multitud de personajes, cierta lentitud en la acción posterior al trapidante inicio, me han hecho irlo dejando, poco a poco.
Yo no he venido a describir "Los Hijos del Grial", sino que a referirme a como a veces la lectra se nos va desinflando. Como el entusiasmo deviene en distanciamiento, y que como muchas veces, ese deseo orginal al cual nos aferramos, deviene en una un poco penosa ficción.
Yo queria leer a Pynchon porque pensé que era lo que necesitaba leer, pero lo postergue para tener un libro de bolsillo que leer en el metro y no un mastodonte de 800 paginas tamaño Imbolsible. Y lo postergué porque aspiraba a continuar con mi romance con la literatura de genero, contra el gafapastismo imbecil, contra la pretensión redentora de la literatura moderna, y asi me fué.
Obviamente que a nadie le interesa, menos a tu Julian, que tal vez alguna vez te encuentres con este libro cuando heredes el castillo Perno y su fantastica bilioteca. Me imagino que lo ojearas con curiosidad y te atreveras a atacarlo como una especie de deuda familiar. Quien sabe. Tal vez se lo preste a un amigo y ya nunca mas se sepa de el.
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